3 trucos para mantener el espíritu de las fiestas y evitar el agotamiento

Nov 19, 2019

Cómo evitar el agotamiento de fin de año

Me encantan las Navidades, pero tengo que aceptar que vienen cargadas de expectativas y quehaceres. Hay tanto que celebrar, familiares por visitar y un millar de extras que se añaden a la rutina. A parte de todo, hay que terminar de cocinar, de decorar y de comprar antes de empezar siquiera a celebrar. Pero no dejemos que por tanto plan se nos pase la diversión. Este año, te invito a que me acompañes a tomar medidas preventivas para evitar el agotamiento de fin de año y celebrar la magia de las Navidades con todo. 

 

Sigue estos tres consejos para estar presente y disfrutar de las fiestas de fin de año:

 

 

Practica la ecuanimidad en las fiestas de familiares y amigos

 

 

El diccionario de la Real Academia Española define la ecuanimidad como «igualdad y constancia de ánimo» y es considerada por el budismo como una de las cuatro actitudes sublimes: «Ni pensamiento ni emoción, la ecuanimidad es más bien la constante realización consciente de la fugacidad de la realidad».

 

En otras palabras, para ser ecuánime debes distanciarte mentalmente de una situación difícil para poder tomar una posición objetiva del momento y rehusarte a reaccionar pues «esto también pasará». La ecuanimidad no es un refugio mental en donde evadimos lo que ocurre, al contrario, la idea es distanciarnos emocionalmente para mantener el balance mental y así considerar la situación y llegar a una mejor conclusión de lo que está pasando y cómo nos sentimos ante la situación. La ecuanimidad se logra con mucha práctica, pero si te preparas desde ya te ayudará cuando te pregunten por milésima vez si te vas a casar o cuando tendrás otro bebé.

 

Ejemplo: La tía Greta llega a la fiesta familiar este año con su torta de ciruelas y preguntas inapropiadas. Mientras todos juegan con tu nuevo cachorro, tu tía lamenta que Pecas le causa alergia. Al cenar, se instala al lado tuyo a indagar sobre tu vida amorosa. Al escuchar las preguntas, la mesa entera para de hablar para escucharte. 

 

Consejos: Aléjate mentalmente de la situación y considera tus opciones. Tal vez este intercambio se convierta en una historia graciosa para contarle a tus amigos más tarde. Imagina la reacción de tus amigos y cómo al final todos compartirán sus propios cuentos de familiares que se pasan de la raya. O tal vez puedas hacer un cambio mental y pensar en cómo la tía Greta se arrepiente de nunca haber tenido hijos y lo que está es reflejando sus sentimientos en ti. 

 

Ahora bien, ser ecuánime no significa dejar que te pasen por encima mientras tienes puesta tu armadura emocional. Solo nos previene para no reaccionar en momentos de conflicto y tener el control necesario para responder de la mejor manera posible. Al estar seguro de tu compostura, puedes decir, «Gracias por preocuparte, tía Greta, pero prefiero no hablar de eso».

 

 

Comunica tus expectativas, tradiciones y reglas

 

 

Aunque ames tus tradiciones de fin de año, procura no hacerte esclavo de ellas. Rompe con las tradiciones que te dan dolor de cabeza. ¿Ya estás aburrido de la misma película navideña que ves todas las vísperas de Nochebuena? Para de verla; date permiso. Las tradiciones y expectativas son complicadas y todos parecemos tener muchísimas al fin del año. Es especialmente difícil cuando las tradiciones y expectativas de nuestros amigos o pareja chocan con las nuestras. 

 

Ejemplo: (1) Tu tradición favorita es regresar a casa para las fiestas navideñas y ver a tus familiares y amigos de toda la vida, pero todavía no sabes cómo vas a hacer para ver a tanta gente en un solo fin de semana. Para colmo de males, publicaste tu viaje en las redes sociales y ahora te han invitado a más celebraciones. No quieres defraudar a nadie y desde ya tienes estrés. (2) Tu suegra es la fan número uno de las Navidades. El 25 de diciembre llega de madrugada a tu casa con más juguetes que Santa, y al ver los huevos revueltos que ibas a servir de desayuno, se va a comprar jamón y pastel para un batallón. Tus niños y pareja están felices, pero tú te quieres encerrar en el baño a llorar—¿qué pasó con pasarse todo el día en pijamas armando Legos?

 

Consejos: Antes que empiece el frenesí, siéntate a pensar (contigo mismo o con tu pareja) y considera las actividades de fin de año. ¿Cuáles disfrutas y cuáles no? Tal vez algunas de estas actividades son importantes para tus seres queridos y no te importa sacrificarte por ellos. Pero piensa bien si hay algunas que te causan muchísima ansiedad y están arruinando tus Navidades. Si tan solo pensar que no tienes tiempo para ir de fiesta en fiesta para ver a todos tus amigos, diles que no puedes asistir. En vez, te propongo una idea que yo misma he usado en estas ocasiones: Invita a todo el mundo (sí, mezcla a tus amigos, ellos sobrevivirán) a pasar un rato en tu local favorito. Diles así: «Hola, amigos. Solo estoy de visita el fin de semana, pero quisiera verlos a todos. Este viernes estaré en el restaurante ABC de 10am a 2pm viendo el juego de fútbol, los invito a que se pasen un rato o todo el tiempo para vernos y ponernos al día». En cuanto a tu suegra, ten una conversación honesta y respetuosa con tu pareja. Tal vez puedan pasarse la mitad del día en pijamas e ir a visitarla a su casa después de almuerzo. Así tu suegra puede llenar su propia casa de golosinas y juguetes (considera dejar unos cuantos juguetes en su casa para que tus hijos tengan sus «juguetes de la abuela»). A veces la solución está en el compromiso. 

 

 

Organiza y planea tu lista de regalos

 

 

Este es un consejo simple pero necesario, especialmente si te abruman las compras de fin de año y los centros comerciales atiborrados. Si te organizas y planeas tu lista con anticipación, podrás concentrarte en cantar villancicos, patinar sobre hielo, leer junto a la chimenea o jugar con tus hijos.

 

Ejemplo: Es el 15 de diciembre y aquel juguete especial en la lista de tu hijo se ha agotado. O tienes la fiesta de la oficina mañana, pero se te ha olvidado comprar un regalo para tu amiguito secreto.

 

Consejos: Para prevenir una situación como esta, empieza desde ya. Haz una lista con los nombres de todas las personas que necesitan regalos. Luego piensa en lo que les vas a comprar a cada una de ellas y escribe el regalo al lado de cada nombre. ¡Así habrás casi terminado con tus compras sin haberte parado del sofá! Al tener un plan de compras antes de deambular por el centro comercial, te sentirás más relajado y en control (y mejor capacitado para mantenerte dentro de tu presupuesto). Disponte a comprar regalos especiales que no te rompan el bolsillo (como los que te enseñaré en mi guía de regalos que saldrá la próxima semana). 

 

Si tu hijo sueña con un juguete que no le pudiste comprar, considera tus opciones. Tal vez le puedas regalar un sobre con dinero para que se compre el juguete cuando regrese a las tiendas o explicarle que no tienes espacio en la casa o el dinero suficiente para el regalo esta navidad. Mantén la actitud positiva y verás que los niños perdonan y olvidan mucho más fácil que los adultos. 

 

Bono Navideño: Proponte a gozar las fiestas de fin de año y ríete de las locuras. Procura cuidarte de ti mismo y recuerda escuchar tu música favorita (¡empieza desde ya si quieres!), reunirte con tus amigos, disfrutar del pastel y tener un fin de año lleno de paz, amor y gratitud. 

 

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