Todo el mundo es digno de una biografía

Cuando estudiaba en la universidad, tomé un curso sobre literatura Inglesa del siglo 18 que se centró en obras de Samuel Johnson, y fui profundamente impresionada por un ensayo que escribió sobre biografías, que guardo en mente hasta el día de hoy. Johnson escribe:

«A menudo he pensado que rara vez ha pasado una vida de la que una narrativa juiciosa y fiel no sería útil… Se objeta a menudo a las relaciones de vidas particulares, que no se distinguen por cualquier llamativa o maravillosa vicisitud. El estudioso que pasó su vida entre sus libros, el comerciante que se dedica a sus propios asuntos, el sacerdote cuya esfera de acción no se extendió más allá de su deber, se consideran no ser objetos de aprecio público, sin embargo puede ser que se han destacado en sus varias estaciones, cualquiera podría haber sido su aprendizaje, integridad y piedad. Pero esta noción surge de falsas medidas de excelencia y dignidad, y debe ser erradicada por considerar que, en la estima de la razón no corrompida, lo que es de mayor utilidad es de más valor».

Me llevo de esto el hecho de que todo el mundo tiene algo significativo para contribuir al mundo. Nos desafía a mirar cada persona con la que entramos en contacto y apreciar su valor. Todo el mundo tiene una historia o algo que compartir, y algo de lo que podemos aprender.

En una sociedad donde la fama y la fortuna son los protagonistas, este escritor nos recuerda que el verdadero valor puede ser encontrado en nuestras interacciones diarias con los demás. Podemos generar valor para los demás a través de nuestro trabajo, la familia y otras responsabilidades y otros pueden generar valores para nosotros también.

Si adoptamos este tipo de perspectivas, apuesto a nuestro mundo será mucho más brillante. Me encantaría saber de gente que te rodea a quien tú valoras y por qué.

Crédito de la imagen: por lukar14, via Flickr